La crisis de las materias primeras y el aumento del coste de la energía han dejado desiertas las licitaciones públicas en nuestro país. El sector público ha sido alertado de esta situación, no obstante, la inercia que llevan las administraciones encargadas de las licitaciones les ha impedido actuar a tiempo.
Estamos hablando de licitaciones públicas desiertas en vivienda de protección social, de urbanización, hospitales… Es decir de contratación necesaria y de primera necesidad, que no puede ser adjudicada por el sistema de adjudicaciones reguladas por la ley estatal de licitaciones. Esta no considera cláusulas de revisión de precios en un momento en que, según datos de mercado, el coste de las obras ha aumentado entre un 15% y un 25%. Madera, aluminio, cemento, acero o vidrio son algunos de los materiales que más han incrementado su precio durante los últimos meses, acumulando subidas que alcanzan incluso el 30% como en el caso del cobre. A ninguna empresa le resulta rentable presentarse a un concurso en esta situación. Y no solo es un problema de nueva contratación, sino que lo es también para las obras en marcha de largo recorrido que a la hora de comprar según que producto, ha aumentado significativamente de precio, o simplemente no hay.
Adaptar las obras a la escalada de precios
Para poner un número a este hecho, hablamos de más de 500 obras por valor de más de 230 millones de euros. Todas las agrupaciones de empresarios y contratistas de la construcción, reclaman una fórmula que permita adaptar las obras en curso a esta situación de escalada de precios, y evidentemente un sistema de revisión de precios para las nuevas obras previstas para licitar en los próximos meses. Hay que prever la publicación de concursos con precios desfasados, muy por debajo de la realidad del mercado, que puedan ser modificados o justificados al alza.
Todo esto puede afectar de manera relevante a las inversiones millonarias previstas con los fondos europeos de recuperación (Next Generation). Y es más, también puede afectar negativamente la recuperación económica de nuestro país tras la pandemia, que mucha falta nos hace. Desgraciadamente, la subida de precios de los materiales que conllevan a licitaciones desiertas, no es nuestro único problema para la recuperación, pues si la vivienda se encarece un 15% o un 20%, su adquisición puede representar un frenazo enorme en este sector.
David Pedrerol Lechuga.
Ingeniero Industrial. Director ejecutivo d’Indus
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