La sostenibilidad en el mundo de las empresas se está convirtiendo en una prioridad en el actual contexto de cambio climático. Esta prioridad no es solo es una respuesta responsable a los desafíos medioambientales, sino que comporta beneficios muy significativos a largo plazo para la empresa, desde la reducción de costos hasta, la mejora de la reputación de la marca, un factor que se ha convertido en decisivo para conseguir más clientes. Del mismo modo también comporta un ahorro considerable en los suministros principales de agua, luz y gas y rebaja la huella de carbono, mejorando la presión sobre los ecosistemas. Por todos estos motivos, muchas empresas, independientemente de su sector, están adoptando medidas más sostenibles y están implementando un modelo más respetuoso con el medio ambiente, adoptando diferentes medidas como los que vamos a ver a continuación.

  • Establecer objetivos claros: Al inicio es importante definir metas específicas y alcanzables y que tengan relación con la sostenibilidad. Debemos valorar una reducción de emisiones de carbono, un aumento del uso de energías renovables y mejorar la eficiencia en el uso de recursos como la utilización de menos papel o conseguir una iluminación más sostenible, entre otros, así como minimizar los residuos que se generan. Una vez definidos los objetivos, debemos implementar sistemas de seguimiento y medición para evaluar si hemos llegado al objetivo y aplicar mejoras en el caso de ser necesarios.
  • Utilización de energías renovables: Actualmente, la transición hacia fuentes de energía renovables son indiscutibles y una necesidad. Instalar paneles solares o utilizar energía eólica, en el caso de que sea posible, son dos formas muy efectivas de reducir la dependencia de los combustibles fósiles y de combatir la huella de carbono.
  • Seleccionar materias primas sostenibles: Debemos valorar a proveedores que ofrezcan materias primas más sostenibles y responsables, teniendo en cuenta la obtención de estos materiales y el lugar de origen para minimizar el impacto ambiental y social. En este sentido, también debemos exigir a los proveedores que cumplan con estándares medioambientales.
  • Fomentar la cultura empresarial verde: El compromiso con el medio ambiente también se puede extender al equipo fomentando una mejor sensibilidad ambiental, un hecho fundamental para cultivar una cultura empresarial más verde y capaz de reducir el impacto medioambiental.
  • Invertir en tecnologías verdes: Podemos apostar en tecnologías más eficientes y respetuosas con el medio ambiente con sistemas de gestión de la energía, la reutilización del agua, la iluminación LED eficiente y los procesos de producción más limpios.
  • Desarrollar productos y servicios sostenibles: Para ello es importante crear y diseñar productos y servicios que tengan un impacto mínimo en el medio ambiente. La innovación sostenible diferencia a las empresas y atrae a los consumidores más conscientes con la sostenibilidad.
  • Comunicar los cambios: Con la finalidad de hacer visible el cambio y fomentar más sensibilidad entre las empresas, debemos comunicar los logros que vamos consiguiendo en materia de sostenibilidad. Debemos tener en cuenta que la transparencia aporta confianza a los consumidores y demuestra nuestro compromiso.



La tecnología como guía del cambio sostenible


Estos cambios se suman a las últimas innovaciones tecnológicas que están transformando la forma en que las empresas abordan la sostenibilidad y facilitan prácticas más eficientes y respetuosas con el medio ambiente. Innovaciones que van desde la gestión de recursos, hasta la eficiencia energética y la reducción de residuos.

Una de las tecnologías más punteras conseguirlo pasa por el Internet de las Cosas (IoT), capaz de mejorar la eficiencia energética mediante la integración de sensores y dispositivos IoT en edificios y fábricas permitiendo un control más preciso de la iluminación, la calefacción, la ventilación y los sistemas de refrigeración. También la incorporación de la Inteligencia Artificial (IA) en la cadena de suministro para analizar grandes conjuntos de datos que mejoran la eficiencia de la cadena de suministro, reduce los desperdicios y optimiza las rutas de transporte, contribuyendo así a una gestión más sostenible. Además, la tecnología blockchain permite la trazabilidad de los productos a lo largo de la cadena de suministro y la impresión 3D abre la puerta a fabricar productos a medida, reduciendo los residuos asociados a la fabricación tradicional, siempre que se haga con materiales sostenibles.

Siguiendo con las nuevas tecnologías, las plataformas en la nube facilitan el trabajo remoto y la colaboración entre equipos y reducen la necesidad de viajes. Si nos fijamos en las empresas que se dedican a la alimentación y a la restauración, en la actualidad existen aplicaciones y sensores que rastrean y reducen desperdicios alimentarios en restaurantes y en las cadenas de suministro, lo que contribuye a una gestión mucho más sostenible en los alimentos.